miércoles, 26 de diciembre de 2012

Epistemología


LA CIENCIA POLÍTICA

Nuestra profesión, la Ciencia Política, ha sido muy manoseada casi desde sus inicios. Brujos y hechiceros pretendieron hacer alquimia, predicciones con bolas de cristal, y torturaron a gobernantes y plebe con textos terriblemente aburridos sobre buenos y malos gobiernos –desde una supuesta cientificidad probada, que venía de supersticiones religiosas-. Tuvo que llegar Nicolás Maquiavelo para desacralizar la política, y ni así logró (la ciencia) despojarse de todas las supercherías que la maniataban.

Sicilia española

Pero con el paso del Medioevo renacentista a otro aún más mercantilista, Tomás Hobbes situó a dios en el Estado y el Gobierno, y el decisionismo se quitó su pátina agustiniana para enseñarnos que el gobernante ejerce la representación de la sociedad por medio del Estado. Este pensamiento fue reforzado –luego de que Locke liberalizara las ideas contractualistas- por los ilustrados: J. J. Rousseau y Montesquieu; el último –sin hablarnos de contratos ni pactos- nos regala las ideas de la independencia de los poderes equilibrados.

Los clásicos modernos (Marx, Engels, Luxemburgo, Weber, Lenin, Gramsci y Trotsky, Parsons y Duverger, por ejemplo), nos enseñan a leer la sociedad de los siglos XIX y XX; los intelectuales de los Derechos Humanos (Ortega y Gasset, Arendt, Bobbio, Habermas, Dahl, etc.), y los comunitaristas y liberales norteamericanos (que terminaron con J. Rawls y otros/as autores/as coincidiendo en un republicanismo radical de tipo liberal), nos marcan el camino para leer el Nuevo siglo con la esperanza de consensos democráticos reales y posibles.

Arco del Triunfo - Lisboa

Pero la epistemología continuaba siendo ciencia oculta para algunos/as hasta que K. R. Popper abrió la sociedad y las mentes. Sin embargo, cualquiera que lea El Político y el Científico con Weber, ya adivinaba que los cientistas políticos no predecimos, no hacemos futurología. Nos limitamos –como mucho- a trazar posibilidades ante diferentes opciones que el gobernante debe definir de manera más democrática o más autoritaria. Y esto último no es lavarse las manos; para los seguidores de la Tesis XI, debemos aclarar que –en tanto políticos- algunos podemos proponer y elegir a la par, pero desde la humildad de saber las limitaciones que tiene nuestra Ciencia. Unas limitaciones que -a la par- la engrandecen: no hacemos futurología, eso lo dejamos para la ciencia ficción.

viernes, 21 de diciembre de 2012

HOLA A TODOS Y A TODAS...:

Este espacio más personal, menos militante, más académico (en términos platónico y centralista), pretende ser también un lugar para el debate de ideas y propuestas. Espero que os guste y hagáis las aportaciones que -también- enriquecen mi blog más pragmático. Este, más programático, será el que compartiré desde ahora en las redes sociales. Besos, abrazos y ...

FELIZ 2013 (el Mundo no se acaba, se acaban las penas gracias a nosotros/as).